¿Pueden los problemas legales de Menéndez afectar la política estadounidense hacia Cuba?
Por Harrison Malkin, NJ Spotlight News
En 1954, un año después de la Revolución Cubana, Bob Menéndez nació en la ciudad de Nueva York de padres inmigrantes cubanos: una costurera y un carpintero. Menéndez ha descrito a sus padres como personas que huían de “un régimen opresivo” durante el intenso momento político que atravesaba la nación insular.
La familia se mudó al condado de Hudson, donde Menéndez pronto estableció su carrera política. Pasó de la Junta de Educación de Union City a la Asamblea estatal, luego a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y finalmente al Senado de los Estados Unidos en 2006.
“Es hijo de inmigrantes cubanos que, como muchos en ese momento, en su mayoría de clase media y alta, emigraron y tenían miedo de la revolución y de lo que haría cuando llegara al poder en 1959”, afirmó Mikael Wolfe, profesor asociado en historia de la Universidad de Stanford e historiador de la América Latina moderna.
La historia del origen de Menéndez se convirtió en una plataforma de presión para influir en la política exterior de Estados Unidos en Cuba. Ahora, todo eso podría cambiar por el escándalo que enfrenta Menéndez, acusado de corrupción y soborno y, dependiendo de su destino, ayudaría a cambiar la política entre Estados Unidos y Cuba en el futuro, según expertos y otros.
La conexión cubana
Los vínculos con Cuba han sido un capítulo definitorio de la historia de vida de Menéndez, arraigada en el área del norte de Nueva Jersey y Nueva York, que alberga la mayor población de cubanoamericanos del país fuera de Florida. Y esos vínculos siempre han tenido como objetivo revertir los cambios sísmicos que la revolución causó en Cuba, llevando a Fidel Castro al poder e impulsando a la familia de Menéndez a abandonar el país.
“Alcanzó prominencia en Union City, Nueva Jersey, y de alguna manera lo transmitió a esta posición de poder extremo en el Senado”, dijo Jake Johnston, investigador asociado senior del Center for Economic and Policy Research (Centro de Investigación Económica y Política) y experto en política económica en América Latina.
El vehículo central para controlar los asuntos económicos y políticos cubanos fue el embargo estadounidense, que persiste hasta el día de hoy, siendo Menéndez un partidario fuerte e importante durante su época como influyente presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
En mayo, Menéndez, como presidente del comité, escribió una carta a sus colegas de la Cámara, oponiéndose a sus llamados al presidente Biden para que revocara las políticas de sanciones a Cuba y Venezuela.
“…Los cubanos y los venezolanos están abandonando su patria por un simple hecho: están sufriendo bajo el yugo de dictaduras brutales”, escribió Menéndez en su carta, defendiendo su postura sobre las sanciones extremas. “Estas acciones, no las políticas de sanciones de Estados Unidos, son responsables del éxodo actual de refugiados y migrantes venezolanos y cubanos. Quitar las sanciones estadounidenses a Cuba y Venezuela solo traicionará nuestros valores democráticos y empoderará aún más a los dictadores criminales”.
Sanciones a Cuba
Durante los últimos 60 años, ¿cómo ha impactado el embargo estadounidense al pueblo cubano?
Según Johnston, las sanciones siempre tuvieron como objetivo romper la columna política y cultural de Cuba. Esta es una de las razones por las que algunos críticos comparan la política estadounidense con una “guerra económica”.
Las sanciones en general “tienen impactos tremendamente negativos en las economías afectadas”, explicó Johnston. “¿Y a quién afecta eso? A la gente, ¿verdad? A menudo se formula como si fueran cosas específicas que podemos perseguir… líderes que no nos gustan o malos líderes, como quiera decirlo. Pero la realidad es que, cuando se limita el espacio de maniobra a estas economías, se perjudica a todos”.
“El punto es inflingir dolor, ¿no? Y si eliminas la retórica, queda muy claro… básicamente esperas poder infligir suficiente dolor como para que la población se vuelva contra su gobierno”, señaló Johnston.
Sin embargo, el gobierno y el liderazgo de Cuba han seguido siendo en gran medida los mismos.
“El gobierno todavía está en el poder, ¿verdad?” dijo Wolfe. “Así que claramente no funciona. La gente simplemente sufre a causa del embargo. Es una de esas políticas peculiares que de alguna manera desafían la lógica económica y estratégica de Estados Unidos”.
Menéndez se ha mantenido firme en su apoyo al embargo y las sanciones a Cuba, citando los más de 1,000 prisioneros políticos detenidos en el país.
“Quienes piden un cambio en la relación entre Estados Unidos y Cuba, no entienden realmente la naturaleza siniestra y represiva del régimen cubano”, dijo en un comunicado enviado el viernes. “Mientras el régimen siga oprimiendo a su pueblo y estrangulando la democracia y la libertad, mi posición sobre la política exterior de Estados Unidos hacia la isla no cambiará”.
En 2014, el presidente Obama tomó un camino diferente. La Casa Blanca anunció que el presidente estaba “rechazando la fallida política del pasado de la Guerra Fría para trazar un nuevo rumbo en Cuba”, según los Archivos de la Casa Blanca de Obama.
El entonces Secretario de Estado, John Kerry, rescindió la designación de Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, la Embajada de Estados Unidos reabrió sus puertas en La Habana y la Embajada de Cuba reabrio sus puertas en Washington D.C. Se levantaron las restricciones para que los cubanoamericanos viajaran a Cuba y enviaran remesas a sus familias, y se tomaron medidas para aumentar el comercio entre Estados Unidos y Cuba.
Menéndez atacó a Obama por visitar Cuba en 2016. “Es totalmente inaceptable que el presidente de Estados Unidos recompense a un régimen dictatorial con una visita histórica cuando persisten los abusos contra los derechos humanos y se sigue rechazando la democracia”, dijo en un comunicado.
26 de abril de 2022: El senador Bob Menéndez, entonces presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, participa en una audiencia sobre el presupuesto del comité.
Alianza con Trump
Un momento clave para Menéndez llegó con la elección de Donald Trump como presidente, el inicio de una alianza inesperada entre ambos en lo que respecta a Cuba.
Menéndez “vio una oportunidad y unió fuerzas con Marco Rubio, su homólogo republicano en el lobby cubanoamericano, para ejercer la máxima presión sobre Cuba, con el fin de endurecer las sanciones aún más ostensiblemente para lograr un cambio en el comportamiento político o tal vez incluso un cambio de régimen”, afirmó Wolfe.
No todos quedaron satisfechos. “Fue terrible porque se produjo justo después del primer cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba, que fueron los años de Obama… (y) las cosas estaban mejorando”, señaló Daniel Montero, periodista y productor radicado en La Habana de Belly of the Beast (El Vientre de la Bestia), un medio de comunicación con sede en Estados Unidos que se centra en la política y la cultura cubana. Montero está trabajando actualmente en un proyecto especial sobre el ascenso de Menéndez al poder, los cargos de corrupción en su contra y cómo ayudó a dar forma a la política estadounidense hacia Cuba.
“Pasé todos mis años [mientras estaba en la universidad] trabajando como guía turístico principalmente con turistas estadounidenses… Trump llega y todo cambia. Quiero decir, para mí, mi negocio personal, fue duro. Cada vez hay menos turistas que llegan a un punto en el que ahora hay muy poca gente de Estados Unidos que viene a Cuba”, explicó Montero.
En 2022, la administración Biden revirtió algunas políticas de la era Trump, aliviando las restricciones para que las familias visitaran a sus parientes en Cuba y aumentando el procesamiento de visas en la isla. Sin embargo, la medida se produjo un año después de que Biden impusiera sanciones adicionales a los funcionarios cubanos.
¿Es posible el cambio?
¿Cambiarán las políticas estadounidenses hacia Cuba con el derrumbe de la carrera política de Menéndez? El senador de Nueva Jersey renunció a su influyente puesto como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado después de ser acusado formalmente en septiembre. El senador Bob Cardin, demócrata de Maryland, asumió el cargo.
En octubre, en una ampliación de los cargos, Menéndez fue acusado de conspirar para actuar como agente del gobierno egipcio. Ben Rhodes, ex asesor adjunto de seguridad nacional en la Casa Blanca de Obama, señaló la contradicción entre el apoyo que Menéndez le daba a un dictador egipcio mientras criticaba al gobierno cubano.
“Menéndez ha tenido un veto de facto sobre la política de Estados Unidos hacia Cuba, acumulando bajo el lenguaje de los valores democráticos sanciones tras sanciones hacia un pueblo empobrecido, mientras aparentemente apoya a la dictadura egipcia para beneficio personal”, tuiteó Rhodes.
“Tal vez ahora podamos volver a una política hacia Cuba racional y humana que realmente ayude al pueblo cubano y sirva a los intereses de Estados Unidos”, añadió Rhodes.
Otros dijeron que la renuncia de Menéndez como presidente del comité del Senado podría indicar un cambio. “Es muy posible que tenga que dimitir debido a estos cargos de corrupción. Podríamos ver un cambio de política”, dijo Wolfe. “Ben Cardin ha expresado en el pasado su apoyo a la política de compromiso de Obama”.
Montero, sin embargo, admitió que no se siente exactamente optimista que habrá un cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba, sino simplemente “menos pesimista”.
“Sería aún menos pesimista si él [Menéndez] no fuera reelegido”, señaló Montero. “Porque incluso sin su puesto en el Comité de Asuntos Exteriores, obviamente sigue siendo una persona muy importante… sabe cómo jugar sus cartas. Y este es su problema”.
Las políticas de Biden
Por supuesto, la política va más allá de Menéndez o Cardin, y aún está por verse cómo se desarrollan las políticas de Biden hacia Cuba.
“Me sorprende bastante que Biden no haya regresado, al menos en cierta medida, a la política de compromiso con Cuba de Obama. Hizo campaña al respecto. Parecía apoyarlo cuando era vicepresidente. No estoy seguro de cuál es el retraso”, indicó Wolfe.
“Lo mejor que podría hacer Biden sin requerir una ley del Congreso es sacar a Cuba de los patrocinadores del terrorismo, lo cual era completamente infundado”, dijo Wolfe. “Eso sería un logro fácil para Biden y realmente mejoraría la situación en Cuba… ya que la lista hace que sea muy difícil para Cuba obtener préstamos de los bancos y transacciones financieras, porque está constantemente señalado”.
Cardin ha dado señales de que aprueba que Cuba sea eliminada de esa lista del Departamento de Estado.
“La recomendación del Departamento de Estado de remover a Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, resultado de una revisión técnica de meses de duración, es un importante paso adelante en nuestros esfuerzos por forjar una relación más fructífera con Cuba”, afirmó Cardin en 2015.
A principios de noviembre, la Asamblea General de la ONU votó 187-2 para condenar el embargo estadounidense a Cuba. Solo Estados Unidos e Israel se opusieron a la resolución.
El canciller cubano Bruno Rodríguez dijo que el “bloqueo impide a Cuba acceder a alimentos, medicinas y equipos tecnológicos y médicos”. Pero por ahora, el embargo estadounidense a Cuba persiste.
El senador Bob Menéndez (izquierda) y el senador Marco Rubio (republicano de Florida) hablan ante una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.