Los incidentes de acoso se han cuadriplicado desde 2018. ¿Por qué las escuelas no pueden hacer nada al respecto?
Por Amanda Oglesby, Asbury Park Press
Dylan Ryan King teme ir a la escuela todos los días. Este estudiante de séptimo grado se prepara para la próxima burla de un compañero de clase o el siguiente empujón de una mano burlona. Para este joven adolescente con autismo, manejar sus emociones mientras es acosado puede convertirse en algo que no puede soportar.
“Cada vez que llego a casa, siento que necesito ir a mi habitación, encerrarme allí y simplemente gritar sobre las almohadas, llorar hasta no poder más”, afirmó Dylan en la sala de estar de su casa en Bayville.
Después de un largo día, frota sus dedos por el pelaje moteado de su perro de raza braco alemán de pelo corto, llamado Cassie, para ayudarse a calmarse y liberarse del estrés del día.
Dylan Ryan King es un estudiante de séptimo grado de Bayville con autismo, TDAH y otras discapacidades. Además de sus discapacidades, Dylan también debe luchar contra el acoso habitual en la escuela porque es diferente. Dylan encuentra consuelo en casa gracias a la perra de la familia, Cassie. Peter Ackerman
El acoso dirigido a Dylan no cesa, dijo su madre MaryAnn Salanitro, quien afirmó haber ido a su escuela varias veces en busca de ayuda.
“¿Cómo voy a ayudarle a superar esto?” se pregunta. “Por la noche no puedo dormir porque estoy preocupada. ¿Cómo voy a ir al día siguiente, a comunicarlo a la escuela y que me ayuden…a resolver este problema?”
Dylan no está solo en su lucha contra los acosadores. En todo Nueva Jersey, el acoso va en aumento, según un informe publicado en diciembre por el New Jersey Anti-Bullying Task Force (Grupo de Trabajo contra el Acoso de Nueva Jersey).
Según el informe, entre 2018 y 2023, los incidentes basados en prejuicios en las escuelas de Nueva Jersey se cuadriplicaron.
Dylan Ryan King es un estudiante de séptimo grado de Bayville con autismo, TDAH y otras discapacidades. Además de sus discapacidades, Dylan también debe luchar contra el acoso habitual en la escuela porque es diferente. En la foto Dylan junto a su madre MaryAnn Salanitro y su perra Cassie. Peter Ackerman
Según la Declaración de Derechos contra el Acoso de Nueva Jersey (Anti-Bullying Bill of Rights), las escuelas deben actuar cuando un estudiante es acosado, intimidado u hostigado, lo que se conoce por su acrónimo como incidente “HIB” (por sus siglas en inglés). Tales incidentes requieren investigaciones y documentación escolares. Si un estudiante comete tres incidentes de HIB, se supone que su director debe crear un plan de intervención para disuadir el comportamiento.
Pero con demasiada frecuencia, el acoso continúa sin cesar.
El doctor Stuart Green, fundador de la Coalición de Nueva Jersey para la Concientización y Prevención del Acoso, señala que las escuelas y los funcionarios escolares del estado con demasiada frecuencia ignoran el hostigamiento o acoso hasta que ocurre una tragedia. Observó suicidios destacados de víctimas de acoso, como el del estudiante de la Universidad de Rutgers, Tyler Clementi, quien se lanzó de un puente después de que lo grabaran sin su conocimiento besando a un hombre. Sus compañeros publicaron el vídeo en las redes sociales.
Green también destacó la muerte de Adriana Kuch, estudiante de primer año de Central Regional High School, quien se suicidó el año pasado después de ser atacada en un pasillo de la escuela y el video de la golpiza se compartió en línea. La familia Kuch anunció la semana pasada que demandaría a los funcionarios de la escuela, diciendo que la escuela sabía sobre el acoso pero no tomó medidas oportunas.
“El único progreso que hemos logrado en materia de acoso escolar en este estado está impulsado por la tragedia”, explicó Green. “Parece que solo avanzamos en este tema (legalmente) cuando los niños sufren graves daños y, de hecho, mueren por suicidio”.
Aunque solo los casos más extremos de acoso escolar son noticia nacional, este tipo de agresión sigue siendo un hecho común dentro de las escuelas estadounidenses. Aproximadamente 1 de cada 5 estudiantes informó haber sido víctima de acoso entre 2014 y 2019, según un informe sobre acoso de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental de EE. UU.
Las redes sociales han añadido una nueva dimensión, explicó Robin Carlock, trabajadora social clínica autorizada en Thriveworks, una empresa de salud mental con oficinas en Red Bank y Toms River. Las víctimas ya no tienen paz una vez que regresan a casa; los acosadores pueden seguir hostigándolos las 24 horas del día, a través de teléfonos inteligentes y computadoras, explicó.
Las redes sociales amplían el alcance de los acosadores a nuevos niveles, resaltó Carlock.
“Ahora no se trata solo de la gente en la escuela”, dijo. “Otros alumnos de la escuela, los primos y familiares de estos también te acosan. Así que, esto se vuelve mucho más amplio una vez que las redes sociales entran en acción”.
A menudo, se necesita más que disciplina para evitar que un niño adopte una conducta de intimidación, explicó Carlock.
“El niño que acosa tiene mucha ira y muchas emociones que no sabe cómo transmitir o hablar con alguien sobre ellas”, dijo. “Por lo que termina siendo un acosador”.
Debido a esto, tanto la víctima como el acosador necesitan orientación y recursos de apoyo, señaló Carlock. A veces eso significa ayudar a un niño que está acosando a verse a sí mismo de una manera nueva, pero eso puede resultar un desafío para los adultos que lo rodean.
“Crearon tal identidad de ‘persona aterradora’ que tienen que defenderla”, dijo Carlock. “Y luego empiezan a meterse en los grupos equivocados”.
Un estudio de 2007 publicado en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine encontró que los niños que eran agresores y que eran víctimas de agresores tendían a tener una gama más amplia de problemas sociales y emocionales que sus compañeros. Además, los investigadores encontraron que los niños que acosaban y eran víctimas de acoso corrían riesgo de cometer delitos más adelante en la vida, y también tenían un alto nivel de síntomas psiquiátricos.
Para los niños que acosan, “la disciplina es definitivamente apropiada, pero también hay que pensar, ¿cómo les ayudamos?” dijo Carlock.
Fortaleciendo las leyes de intimidación de Nueva Jersey
Mientras las escuelas se están alejando de los métodos solamente disciplinarios de gestión del acoso y están trabajando para mejorar sus entornos sociales, un grupo de expertos opina que las leyes contra el acoso y el sistema de financiación escolar de Nueva Jersey no son suficientes para frenar el creciente problema.
El Education Law Center, con sede en Newark, pidió a los líderes estatales en noviembre que dedicaran más dinero y adicionales recursos estatales al tema.
En un testimonio del 15 de noviembre ante el Grupo de Trabajo Contra el Acoso del estado, la organización dijo: “Las llamadas entrantes a ELC relacionadas con quejas de estudiantes que sufren acoso o intimidación en la escuela están en aumento, por lo que nuestra percepción es que hay mucho más trabajo por hacer para garantizar que nuestras escuelas públicas proporcionen un entorno de aprendizaje seguro para todos los estudiantes.
“Seguimos escuchando relatos —de una variedad de distritos escolares y escuelas independientes (charter) de todo el estado— de incidentes de acoso, intimidación y hostigamiento en los que no se presentó ningún informe escrito, no se realizó ninguna investigación, no se informaron resultados y, lo más importante, no se alivió la situación de HIB en los estudiantes que la padecieron”.
La abogada del Education Law Center, Elizabeth Athos, afirmó que las escuelas seguras y que brinden apoyo son un requisito para el aprendizaje.
Sin embargo, “no todas las escuelas proveen esto para todos los estudiantes”, dijo. “Hay grupos particulares de estudiantes a los que parece que les va peor que a otros”.
Green, de la Coalición de Nueva Jersey para la Concientización y Prevención del Acoso, señaló que los estudiantes encuentran protección legal contra el acoso cuando las escuelas no responden, no en la Declaración de Derechos contra el Acoso, sino en la Ley Contra la Discriminación del estado.
La Ley contra la Discriminación brinda a los estudiantes de ciertos grupos —minorías raciales y religiosas, estudiantes con discapacidades y jóvenes LGBTQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y queer)— protección contra la discriminación y los prejuicios.
A pesar de las protecciones, en junio de 2023, el fiscal general de Nueva Jersey, Matthew Platkin, y la entonces comisionada interina Angelica Allen-McMillan, del Departamento de Educación del estado, reconocieron un grave problema de acoso en Nueva Jersey y describieron una “marea creciente de prejuicios y odio” en las escuelas.
En una declaración conjunta, dijeron que la División de Derechos Civiles de Nueva Jersey y el Departamento de Educación “alentarían a todas las escuelas, juntas escolares y administradores de Nueva Jersey a continuar desarrollando e implementando iniciativas para contrarrestar los prejuicios; continuar mostrando señales inclusivas, banderas y símbolos dentro y alrededor de sus edificios; continuar garantizando que los estudiantes tengan acceso a libros que representen una diversidad de experiencias e identidades; y continuar implementando y cumpliendo con los requisitos curriculares antiprejuicios del estado con respecto a raza, género, LGBTQIA+, discapacidad y diversidad”.
La Ley Contra la Discriminación protege a los estudiantes de estos grupos, pero deja fuera a otras víctimas de acoso escolar, afirmó Green.
“Esperaba alentar a la Legislatura (de Nueva Jersey) a agregar lo que se llama lenguaje de ‘causa de acción privada’ a la actual Declaración de Derechos contra el Acoso”, dijo. El lenguaje de causa de acción privada daría a “los padres y las familias la opción de presentar demandas basadas en la ABR (siglas en inglés de la Declaración de Derechos contra el Acoso) contra las propias escuelas”.
Actualmente, las escuelas tienen inmunidad en casos de acoso, intimidación u hostigamiento entre estudiantes, dijo Green.
“Cuando no hay un lenguaje como ese en una ley, se inhibe a los abogados de tomar los casos excepto en las circunstancias más atroces, como cuando un niño muere”, explicó.
Green considera que los padres necesitan formas de hacer cumplir la Declaración de Derechos contra el Acoso en Nueva Jersey, pero actualmente no tienen una ruta clara a menos que puedan usar la Ley Contra la Discriminación.
“El acoso prácticamente nunca es un solo incidente”, afirmó. “Debido a que el acoso se repite (una serie de actos negativos, casi siempre), las escuelas tienen tiempo más que suficiente, e idealmente conciencia, para poder evitar que el acoso ocurra o continúe. Y simplemente no toman las medidas adecuadas, en parte porque esperan que ocurran incidentes.”
Las escuelas deben priorizar los esfuerzos de prevención del acoso, pero muchas no lo hacen, señaló Green.
“Los niños que lastiman a otros niños normalmente han estado teniendo actitudes agresivas en la escuela durante meses, durante años”, indicó. “Hay suficientes adultos en cada escuela para ser conscientes de quiénes son esos niños y cómo se comportan. ¿Cómo se aborda esto? ¿Qué está haciendo la escuela con respecto a esos niños?”.
Esta traducción fue proporcionada por Reporte Hispano, en asociación con el Centro de Medios Cooperativos de la Universidad Estatal de Montclair, y cuenta con el apoyo financiero del Consorcio de Información Cívica de NJ. La historia fue escrita originalmente en inglés por Asbury Park Press y se vuelve a publicar en virtud de un acuerdo especial para compartir contenido a través del Servicio de noticias de traducción al español de NJ News Commons.
Estudiante con autismo recibe poca ayuda contra el acoso escolar
Dylan Ryan King, un estudiante de séptimo grado de Bayville con autismo, TDAH y otras discapacidades, lucha contra el acoso escolar regularmente.