Grupos locales reinventan el almuerzo escolar con alimentos básicos de otras culturas como el congee y el arroz jollof

Matt Cortina, NorthJersey.com

Grupos de padres, organizaciones sin fines de lucro y legisladores en Nueva Jersey están incorporando comidas de otras culturas en las cafeterías escolares y usan estos alimentos para fomentar el entendimiento

“Hay un dicho en chino: ‘chīkǔ’. Tienes que ‘tragarte la amargura'”, comenta Roslyne Shiao, codirectora de AAPI New Jersey. “Esto fue algo que comencé a sentir”.

Shiao, que vive con su familia en Montclair, había visto a sus hijos lidiar con las microagresiones con las que suelen lidiar los estudiantes de varias culturas: miradas despectivas de sus compañeros de clase hacia los almuerzos que traían a la escuela o comentarios sobre su apariencia y costumbres. Durante un tiempo, se sintió resignada a decirles a sus hijos que se tragaran esa amargura o, efectivamente, que simplemente se la aguantaran. Pero durante la pandemia, que coincidió con un aumento del odio antiasiático, Shiao y otros padres en Montclair decidieron ser proactivos. 

“¿Tengo que tratar a mis hijos así, decirles que simplemente agachen la cabeza y sigan adelante si alguien se burla de ellos por su comida o su apariencia o porque se quitan los zapatos cuando llegan a casa?”, Shiao recuerda haber pensado. “Llegamos a un punto en la pandemia en el que dijimos que esto ya era suficiente”.

Así que Shiao y otros establecieron AAPI Montclair, que desde entonces se ha expandido a AAPI New Jersey, cuya misión es cerrar las brechas culturales y brindar recursos a los 1.1 millones de habitantes de Nueva Jersey de ascendencia asiático-americana e isleña del Pacífico. Una de sus iniciativas, Love Your Lunch, pone recursos en manos de los maestros para fomentar esa educación en las escuelas: AAPI New Jersey envía cajas de regalo con libros y proyectos de arte que ayudan a los maestros a educar a los estudiantes sobre diferentes tradiciones culinarias.

AAPI New Jersey es una de varias organizaciones locales, proveedores de servicios de alimentos y abogacía que trabajan para alentar a las escuelas a brindar y enseñar sobre diversas tradiciones culinarias. La esperanza es inspirar a los estudiantes de todos los orígenes a usar la comida como un medio de comprensión a través de iniciativas educativas y brindando un servicio de almuerzo que refleje la herencia cultural de la población demográfica de una escuela

Shiao y otros padres lanzaron Love Your Lunch con pleno reconocimiento del hecho de que los maestros ya tienen mucho que gestionar, particularmente durante la pandemia con el uso de mascarillas, el aprendizaje a distancia y otras regulaciones centradas en la seguridad.

“Love Your Lunch surgió en el momento en que nuestros niños retornaban a la escuela y no queríamos que se burlaran de ellos por traer almuerzos con un fuerte olor. No queríamos que estas microagresiones se escondieran debajo de la alfombra, pero también sabíamos que los maestros tenían mucho trabajo”, relata Shiao. “Así que creamos Love Your Lunch para poder brindarles a los maestros una manera fácil de entender cuál era el problema y hacer algo en su aula”.

Los recursos enviados a los maestros incluyen libros como Lunch from Home de Joshua David Stein, que explora lo que sucede cuando el almuerzo favorito de un niño recibe comentarios despectivos. Otros recursos incluyen proyectos de arte, como uno que les pide a los estudiantes que dibujen sus almuerzos especiales e identifiquen por qué les encantan. Y hay guías habladas elaboradas con un trabajador social para ayudar a los maestros a abordar las microagresiones que pueden surgir en una cafetería.

“En nuestra propia comunidad hemos tenido casos de niños que se burlaban de otros por traer papilla de arroz o sushi, y los profesores no siempre estaban preparados para esta situación, y los niños decían: ‘¿Qué es eso?’ o ‘Qué mal huele'”, afirma Shiao. “Y los profesores, en lugar de abordar el problema, separan a los niños y perpetúan el problema. Todavía vemos que eso sucede. La comida proviene de un lugar de amor y de un lugar de familia, hogar y cultura”.

 

Un almuerzo escolar mejor (y más familiar)

Mientras que AAPI New Jersey empodera a los niños para que se sientan mejor con la comida que traen a la escuela desde casa, organizaciones como Red Rabbit están trabajando para cambiar la comida que se sirve en las cafeterías de Nueva Jersey para reflejar mejor las diversas comunidades estudiantiles.

“La comida es algo más que un simple pollo en un plato; es una experiencia completa y, como resultado, requiere tiempo y atención”, afirma Nausher Khan, vicepresidente de relaciones con socios de Red Rabbit, con sede en Harlem. “Incorporar estas nociones de equidad, adecuación cultural y cocina casera es tan importante como garantizar que los estudiantes tengan un buen programa de matemáticas y un programa de arte”.

Red Rabbit trabaja mejorando el servicio de comidas escolares y los programas educativos. Se enfoca en comprender la demografía de un distrito escolar, luego coloca a un chef profesional, preferiblemente de la zona, en la escuela con el mandato de que comprenda la composición cultural de ese distrito y sirva comidas “auténticas y sinceras” de esas culturas.

Actualmente, Red Rabbit administra servicios de comidas escolares en todo el área del noreste, incluidas las Academias Philip’s en Newark y Paterson; también ha trabajado en Jersey City, Camden y con el Banco de Alimentos del Sur de Nueva Jersey.

Red Rabbit complementa el trabajo en la cafetería, cuando es posible, con educación: ofrece cursos culinarios donde los estudiantes pueden ver cómo se prepara una comida, de modo que, si se trata de algo con lo que no están familiarizados, no les resulte nuevo o “raro” cuando aparece en un menú. Red Rabbit también infunde educación culinaria con conversaciones más amplias sobre cómo “la comida es una manifestación de vías socioculturales”, como las cadenas de suministro, los vecindarios, la inmigración y más.

Red Rabbit se esfuerza por brindarles a los estudiantes una comprensión integral y general de la comida y la cultura, pero su personal intencionalmente no explica los platos individuales a los estudiantes en la cafetería.

“Dejamos que los niños nigerianos que están familiarizados con el arroz jollof y pollo cuenten qué es esa comida”, dice Khan. “Yo, como niño nigeriano, me siento con mi plato de arroz jollof y a mi lado hay un niño paquistaní que nunca lo ha visto antes y puedo contarle de qué se trata esta comida”.

Es decir, son dueños de la historia de su comida. Al validar las herencias culinarias de los estudiantes y exponerlos a la comida de otras culturas, Red Rabbit cree que está ayudando a formar estudiantes que “no solo son líderes más competentes y seguros, sino que también son capaces de tomar mejores decisiones alimentarias a medida que envejecen y tienen más autonomía”

Khan considera que juzgar la eficacia de Red Rabbit es un poco entrar en una “zona gris”. Después de todo, ¿cómo se sabe si los estudiantes se están volviendo mejores vecinos, más conscientes de su cultura, o si se sienten orgullosos de sus herencias? Khan indica que el grupo adopta un “enfoque cualitativo”, observando y escuchando en las cafeterías para determinar su impacto.

“¿Cómo se escucha la cafetería?”, sugiere Khan. “¿Los niños se divierten? Cuando entras, ¿puedes oler la comida? ¿Puedes oír el chisporroteo de la parrilla?”

 

‘Una carrera hacia lo mínimo’: La estructura de financiación de los almuerzos escolares impide el progreso

Existen obstáculos financieros para proporcionar comidas culturalmente relevantes y nutritivas en las escuelas, afirma Khan.

Los distritos escolares reciben reembolsos por los servicios de alimentación a través de fondos federales y estatales según los ingresos de su alumnado; es una fórmula compleja que proporciona más dinero a las escuelas que tienen más estudiantes que califican para almuerzos gratuitos o reducidos (alrededor de $4.40 por comida servida en Nueva Jersey), y menos (alrededor de 0.83 centavos por comida) para aquellos que pagan. En última instancia, sin embargo, los distritos escolares, que tienen una flexibilidad financiera limitada, tienden a trabajar solo con operadores de servicios de alimentación que pueden proporcionar comidas a esos precios, explica Khan.

“Los gobiernos federal y estatales han regulado el proceso de adquisición de tal manera para que sea al costo más bajo posible del mercado. Esto convierte el proceso en una carrera hacia lo mínimo”, señala Khan. “Eso significa que aquellos que sirven alimentos procesados ​​y pueden obtener esos alimentos procesados ​​por camión a un precio súper competitivo están incentivados a hacerlo para asegurarse de tener más negocios”.

Khan dice que es difícil competir con proveedores que pueden cubrir ese costo pero no brindan la educación, la conciencia cultural y el enfoque nutricional que brindan grupos como Red Rabbit. Nueva Jersey aumentó recientemente el límite de ingresos para los estudiantes que pueden recibir almuerzo gratuito en el estado, pero eso no aborda la tasa de reembolso (supervisada por el Departamento de Agricultura de los EE. UU.) para los distritos en el extremo de la oferta.

“Para desviar la conversación del tema de los costos, es un tema sistémico que avanza lentamente y necesitamos el apoyo necesario del gobierno estatal y federal para que eso sea una realidad”, dice Khan.

En 2014, se presentó un proyecto de ley en la legislatura estatal de Nueva Jersey que habría requerido que las escuelas “establecieran un comité asesor de servicios de alimentos para considerar y recomendar opciones de menú de desayuno y almuerzo escolar que reflejen mejor las preferencias alimentarias culturales, tradicionales y dietéticas del cuerpo estudiantil”. Se aprobó con apoyo bipartidista, pero Chris Christie lo vetó.

La asambleísta Pamela Lampitt (demócrata de Camden) es la patrocinadora de una versión renovada del proyecto de ley que no ha avanzado, pero que busca implementar las políticas del proyecto anterior.

“Sabemos que la hora del almuerzo es una de las partes sociales más importantes de la jornada escolar, y que el aislamiento social conduce a un menor aprendizaje, problemas de salud mental y acoso escolar”, escribió Lampitt en un correo electrónico. “La falta de acceso constante a alimentos saludables obstaculiza el crecimiento en todos los ámbitos. Nuestros distritos escolares ya están obligados a realizar adaptaciones para minimizar estos efectos a lo largo de la experiencia educativa. No hay ninguna razón por la que no puedan hacerlo también durante el almuerzo”.

Y, también, hay un renovado enfoque de los proveedores de servicios de alimentación escolar más grandes. Keith Leder, presidente de la Asociación de Nutrición Escolar de Nueva Jersey (NJSNA, por sus siglas en inglés) y líder de la región sur de Maschio’s Food Services, que presta servicios a más de 200 distritos escolares en el estado, dice que un taller en una próxima conferencia de NJSNA se centrará en proporcionar alimentos más diversos, no solo comidas culturalmente diversas, sino también opciones de menú veganas y vegetarianas.

“En realidad, hay muchas más opciones disponibles a través de distribuidores de línea amplia para productos de origen vegetal. Toneladas y toneladas de intermediarios y fabricantes están elaborando esos productos”, dice Leder. “Muchos de nuestros distritos no solo están haciendo productos como esos, sino que también ofrecemos selecciones diversas usando estos productos”.

 

Esta traducción fue proporcionada por Reporte Hispano, en asociación con el Centro de Medios Cooperativos de la Universidad Estatal de Montclair, y cuenta con el apoyo financiero del Consorcio de Información Cívica de NJ. La historia fue escrita originalmente en inglés por NorthJersey.com y se vuelve a publicar en virtud de un acuerdo especial para compartir contenido a través del Servicio de noticias de traducción al español de NJ News Commons.

This translation was provided by Reporte Hispano, in association with the Center for Cooperative Media at Montclair State University and is financially supported by the NJ Civic Information Consortium. The story was originally written in English by NorthJersey.com and is republished under a special content sharing agreement through the NJ News Commons Spanish Translation News Service.